¡Permíteme equivocarme! Y es que la Escuela de Arte Dramático es para experimentar, para cometer errores. Es mejor cometerlos en la escuela, cuando te estás formando, que cuando sales al mundo laboral (que también puedes, pero hay más riesgo). Así que voy a hacer copy-paste de trabajos que voy haciendo en la escuela porque me resultan muy interesantes y este es un espacio para compartir lo que quiera, así que HALLÁ VOY (SÍÍÍÍÍÍ, ES UNA FALTA DE ORTOGRAFÍA A PROPÓSITO POQUE ESTE ES UN ESPACIO PARA EQUIVOCARSE). ¡Equivócate por Dioh!
Conocimiento, curiosidad y experiencia son tres conceptos ligados a la percepción. La manera en que percibimos el mundo depende de nuestras vivencias personales y del entorno cultural en el que nos desenvolvemos.
En el artículo se analiza la diferencia entre los verbos “ver” y “mirar”, asignándoles matices distintos. Mientras “ver” se refiere a la función física del ojo, “mirar” alude a una mirada más profunda, vinculada al espíritu. Sin embargo, en ciertas formaciones teatrales, estos conceptos se invierten. Por ejemplo, en algunos entrenamientos se habla del “te veo” para referirse a percibir más allá de lo superficial y conectar con el compañero, mientras que “mirar” se toma como algo más genérico. Esta discrepancia subraya cómo las diferentes experiencias pueden influir en la percepción de estos conceptos.
El artículo también menciona la percepción en relación al movimiento gestaltista, que propone una visión holística: ver un todo en lugar de sus partes aisladas. No es lo mismo ver una película fotograma a fotograma, que en su conjunto. En relación al concepto de percepción como diálogo entre sujeto, objeto e intención, se podría hablar de comunicación porque cada elemento está en constante movimiento y en diálogo con los demás, lo que genera una percepción más completa y compleja o por lo menos distinta a la que puede tener otro sujeto.
La percepción artística se vincula con el concepto de belleza, aunque esta es moldeada por el contexto social y cultural. Vivimos en una sociedad donde las redes sociales y los medios visuales nos han acostumbrado a una visión reducida del éxito y la belleza. Es necesario romper con esa perspectiva limitada y abrirse a nuevas formas de comprender estos conceptos. El teatro, como arte transformador, expone las realidades humanas en toda su complejidad, incluyendo sus dilemas éticos, los cuales suelen ocultarse por miedo a mostrarse vulnerables.
La vulnerabilidad, sin embargo, es parte de la belleza del arte. Los artistas tienen la responsabilidad de conmover, de exponer esa vulnerabilidad y de ofrecer perspectivas que provoquen a su audiencia sin imponer verdades absolutas, al contrario, los artistas quieren hacer reflexionar. Como señala el artículo, el artista deposita en sus creaciones aspectos instintivos y sexuales, lo que puede suponer un problema para el espectador con su propia corrección social. Esa exposición a la incorrección le genera incomodidad, ya que resuena con algo reprimido en su cotidianidad.
La motivación es un motor fundamental para el ser humano, pero a medida que crecemos, la conciencia que adquirimos puede limitarnos. Esto supone un dilema sobre el conocimiento: aunque es esencial para la creatividad, también puede ser un obstáculo si se convierte en algo fijo y rígido. ¿Cómo mantenerse abiertos a nuevas realidades sin caer en la trampa del conocimiento consolidado? Es una pregunta compleja y, desde mi punto de vista, crucial para el crecimiento personal y artístico.
El artículo también aborda el concepto de desviación del lenguaje, un recurso que permite al artista transmitir su percepción única. Un ejemplo es la metáfora “tus ojos son el mar”, que no debe tomarse literalmente, sino como una forma poética (lenguaje figurado) de expresar cómo los ojos, al igual que el mar, cambian según la luz que los ilumina. El artista crea realidades nuevas a partir de su experiencia y conocimiento, invitando al espectador a ver el mundo a través de su visión, de su realidad.
En conclusión, el proceso creativo del artista y su capacidad para cuestionar y formular preguntas es lo que podría permitir que las percepciones se amplíen y evolucionen. A través del conocimiento, la curiosidad y la experiencia, no solo se generan nuevas realidades, sino que también se invita a los demás a explorar el mundo desde múltiples dimensiones. El reto está en mantener una mente abierta y flexible, dispuesta a aceptar lo desconocido y lo incómodo, para expandir la percepción y la creatividad humanas.
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