Un campamento de cine

«Con el final llega un nuevo principio…» Esta aventura  de Tramoya Teatro empezó entre árboles y un calor abrasador, desconocedores de todo lo que estaba por venir… aunque los monitores pudimos comprobar que la intensidad era inherente a vosotros, que veníais con ella, vaya.

No tenemos más que recordar la cantidad de llantos que hemos escuchado… tampoco sabemos si todos ellos eran reales o fingidos, porque cuando se trata de actores y actoras

Tener iniciativa, competir con justicia y alguna que otra trampa (grupo 2).

Cada abrazo, cada beso y cada caricia que hemos recibido y que habéis recibido, se va a quedar en el recuerdo…

Por no hablar de los LADY GAGA o esos momentos de frustración en las comidas con cierto personajillo…

Tampoco olvidaremos nuestras pintas, siempre a la moda, intercambiando vestimentas entre nosotros.

De vosotros nos encanta la creatividad que desatáis siempre que interpretáis, la “sinvergonzonería”, la poca timidez… estamos muy muy orgullosos y felices de verdad por todo lo que hemos vivido con vosotros estos siete días…

Todos estos momentos, la locura a ritmo de carrera e ir corriendo de aquí para allá descubriendo nuevos lugares dentro del albergue y sobre todo, descubriendo nuevas personas, llevándonos la esencia de cada uno de vosotros… jo, chicos… qué maravilla, qué bien saber que todo el esfuerzo que hemos invertido los monitores y profesores para divertiros haya valido la pena, por muy agotadora que fuera la actividad o clase. 

Tenemos la enorme suerte de poder recordar cada instante durante el campamento, de regresar a él siempre que queramos. Podemos hacerlo en forma de recuerdo. ¿No estáis de acuerdo?

Deciros que habéis logrado hacerme bailar. Me habéis sacado de mi zona de confort. Os lo puede decir Héctor y Clau, no he bailado nunca tanto como en este campamento y es que algo que me producía cierta vergüenza y mucha timidez, con vosotros se me ha pasado todo, así que gracias. Sin saber exactamente el porqué, ha sucedido y esto tiene que ver con los artistas, porque todos lo sois, absolutamente todos. Salir de la zona de confort como actores nos viene genial, pero hacerlo con un grupo como vosotros es un enorme placer. Vuestra compañía durante estos siete días, vuestro cariño, vuestra comprensión y vuestra apertura de mente me han ayudado a ser más yo que nunca y ser uno mismo es la mejor sensación que puede tener alguien. Algunos ya hemos hablado de esto, pero conviene recordarlo.

Toda esa proyección vuestra es digna de un gran equipo, un equipo del que espero formar parte en un futuro, compartiendo escenario o plano. Obviamente no ocurrirá con todos, pero ojalá sí me pase con alguno, me haría enormemente feliz, de verdad que sí, actores y actrices.

Me guardo las camisetas con huella lacrimosa, con lágrimas de sensibilidad… y por supuesto, me llevo un gran recuerdo de todos vosotros en forma de experiencia vital.

Por favor, si en un futuro nos reencontramos, hacedme retroceder en el tiempo hablándome de nuestros recuerdos en este campamento para fundirnos en un abrazo, de esos de verdad, de los que duran mínimo 8 segundos y si eso no funciona, hacedme eso de “nariz” en lugar de nariz.

Os quiero, artistas.

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